Escó en la comarca de la Jacetania, un día fue un pueblo habitado, paseando por sus calles con un poco de imaginación casi puedes oír el bullicio de sus gentes cuando habitaban en el, al pasar puedes sentir las miradas curiosas de sus gentes, risas de niños que corretean y hasta el vendedor ambulante ofreciendo sus productos naturales, pero llego Yesa y poco a poco el silencio se hizo dueño de las calles.