El guía de montaña
He quedado con Álvaro, un guía de montaña y escalada, vendrá con unas alumnas a escalar, hemos quedado directamente en la zona donde va a dar sus clases.
Me encanta ver amanecer, antes de las 8 ya estoy en Montserrat,la montaña mágica, el último tramo de carretera la niebla me acompaña.
Comienzo a caminar, en esta ocasión voy por el corto tramo de carretera que lleva desde el cruce al monasterio, hace tiempo que no piso ese asfalto, siempre voy por arriba, “el cami dels degotalls” en castellano seria el camino del goteo o goterones.
Sigo caminando en silencio, no hay nadie, ya se comienza a vislumbrar el monasterio y la característica estampa de las magdalenas y gorros, (es el nombre que reciben esas agujas) , disfruto del paisaje con la característica niebla de la zona.
Todo está en silencio, el funicular cremallera va a comenzar su primer viaje del día, en la tienda lo preparan todo para los visitantes, desde el edificio de celdas sale humo de alguna caldera que calienta a sus inquilinos.
Ya los primeros rayos de sol comienzan a acariciar las caprichosas rocas montserratinas con su característico color dorado en esos momentos, alimento para el alma, como diría un director de cine, silencio se rueda, yo diría, silencio se vive.
Sigo por el camino que va a San Miguel, paso junto al monumento a Pau Casals, que con un poco de imaginación oigo “El Cant dels ocells” el canto de los pájaros, continuo con el abrazo de la niebla, he estado en Montserrat, me atrevería a decir que cientos de veces, pero siempre es distinto, sigo emocionándome con su paisaje y sobre todo con esa energía que tiene, el silencio de la soledad buscada, el fresco de la mañana humedecido por las nubes que han bajado a saludarme, es una sensación que no se puede explicar se ha de vivir, es momento de ser, sentir, estar presente.
El camping está cerrado en esta época del año, continuo casi levitando, es un momento de comunión con la naturaleza, de repente me descubro por el sonido de mis pisadas.
Voy a la cruz de San Miguel, una vista magnifica de la abadía y el mar de nubes a mis pies.
Desde allí se puede ver La mola y el Montcau, disfruto del momento, al pasar cerca de alguien que también es consciente de que el momento es para vivirlo, “robo” esa imagen con el silencio, respeto y discreción que entiendo que he de tener en ese momento especial para esa persona y para mí.
Llego al “pla de les tarantules” cojo el camino que se va hacia la izquierda, hacia las ermitas de de Sant Joan y la de Sant Onofre, me “pierdo” por varios rincones hasta el momento en que hemos quedado.
Ya les veo venir por el camino de cemento, les espero en l’Agulla de la Font de Jacob
Llega Álvaro con sus alumnas, Cristina, Alba, Helena y Nati, nos saludamos y al poco comienza el ritual de preparar el material, cintas, arnés, pies de gato, casco etc.
Me gusta fotografiar estos momentos, que para mí son muy interesantes, es toda una ceremonia.
Álvaro les explica la importancia de como ajustarse el arnés, como hacer correctamente el nudo doble ocho, posteriormente les indicara la manera correcta de asegurar al compañer@ de cordada etc.
Me parecio especialmente importante que una vez que les explica y ellas ejecutan la acción él les pide que le razonen el por qué se ha de hacer de esa manera, no basta con hacerlo bien, hay que entender el porqué.
Muy buen ambiente hay entre tod@s, el entusiasmo por la actividad que se está haciendo.
Álvaro monta las vías que se van a hacer, son de dificultad baja con algún paso moderado IV+, la técnica en la que se va a subir es top rope,(la cuerda viene desde arriba), después alguna se anima y sube de “primero” (la cuerda viene de abajo), hay un mayor riesgo.
Antes de marcharme me invitan a subir, por supuesto acepto, hace como 5 o 6 años que no “trepo” pero como se suele decir, el que tuvo retuvo, no recordaba que los “gatos” apretaran tanto, la sensación es muy agradable a pesar de que noto que me falta la fluidez de antaño, nada que no se pueda recuperar con un poco de entrenamiento, eso queda pendiente…….
Una respuesta
Santi Marzo Freixas
Fotos preciosas…..y una redacción encomiable.